Mientras Daniel Ortega y Rosario Murillo intentan apaciguar las aguas revueltas en Nicaragua, hay madres, padres, hermanos e hijos que lloran los muertos que las autoridades desconocen y no se atreven a identificar.
por: PulsoCR / 29 abril, 2018
“Están interviniendo los teléfonos. Quisieron borrar evidencia (de cómo quedó) mi hijo, respetaron que ya estaba muerto. Gracias a Dios no lo lograron. No tengo miedo. Nos han amenazado, pero no tengo miedo. Ya me quitaron todo, ya no pueden hacerme nada, solo matarme”, dijo Rosa Amanda Cruz a La Prensa de Nicaragua, con relación a las acciones represivas de la Policía Nacional este viernes.
En las calles de Managua y otros departamentos de la aún aturdida Nicaragua se respira una tensa calma al cesar el sonido de los fusiles, según reseñan los diarios más importantes de esta nación centroamericana, y si bien los diferentes conteos de víctimas aún son contradictorios, cada día sale a la luz un nuevo reporte con más víctimas, luego del enfrentamiento entre ciudadanos y el régimen de la familia Ortega Murillo la semana anterior.
Por quinto día consecutivo, las protestas pacíficas han abarrotado las calles de las principales ciudadades, bajo la mirada de la Policía Nacional, el Ejército y el propio Ortega, sin que una bala salga de los cañones oficiales, algo que al decir de los protestantes refleja que los muertos los puso el Gobierno.
El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH) y la Asociación Nicaragüense de Derechos Humanos (ANPDH), manejan 63 fallecidos en todo el país y ocho cuerpos sin retirar en las morgues de hospitales, mientras que el periódico La Prensa verificó 31 muertos por la represión de régimen orteguista.
Sobre el número de muertos es poco lo que dijo el presidente Daniel Ortega y su vocera y esposa, Rosario Murillo.
En tanto, la Fiscalía nicaragüense asegura que investigará las muertes, lesiones y robos ocurridos la semana pasada, con la colaboración del Instituto de Ciencias Forenses y de un equipo de investigadores. Es decir, que los policías se investigarían así mismos, ya que están supeditados a la Policía Nacional, lo que podría significar un proceso viciado y que no genera confianza en la ciudadanía que cuestiona al régimen.
“Los autores intelectuales de una masacre”
En medio del conflicto interno, la fiscal auxiliar, Inés Miranda, solicitó a la población que presente denuncias escritas en las sedes departamentales, municipales y distritales, para sumar pruebas que coayuden al proceso acusatorio contra los implicados.
Horas antes del comunicado emitido por Miranda el viernes, la ANPDH presentó una denuncia ante la Fiscalía contra Daniel Ortega y Rosario Murillo, considerados autores intelectuales de los crímnes ocurridos la semana pasada.
Como parte de la queja, de la cual aún la Fiscalía no emite pronunciamiento, la Asociación pide que a ambos se les levante la inmunidad para que enfrenten a la justicia nicaragüense, por las acciones represivas que se llevaron a cabo contra los manifestantes, algo prácticamente imposible en una Nicaragua donde los Ortega Murillo controlan los poderes ejecutivo, legislativo, judicial y el tribunal electoral, así como buena parte del ejército y medios de comunicación.
Pese a esta realidad con fachada democrática hay quienes creen que las acciones avaladas por la controvertida pareja presidencial generaron grietas en su poder.
“Ortega va a seguir luchando para mantenerse en el poder, a cualquier costo”, Javier Sancho, exembajador de Costa Rica en Nicaragua
Los enfrentamientos de la semana pasada en diferentes departamentos del páis representan la más grave crisis en la era del orteguismo, que regresó al poder hace 11 años, y que se sostiene por un segundo periodo luego de un proceso electoral tachado como fraudulento por propios y extraños.
El exembajador de Costa Rica en Nicaragua, Javier Sancho, considera que la paz social del vecino páis se quebrantó en razón de algo que venía acumulándose hace varios años: un régimen desgastado y un pueblo cansado, sin transformaciones en lo social y económico.
“Esto revela que dentro del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y dentro del Gobierno hay divisiones que demuestran el desgaste. Ortega va a seguir luchando para mantenerse en el poder, a cualquier costo, incluso al costo de más vidas. La elección que dio Tomás Borge cuando perdió las eleccciones en 1990, era que podían perder todo, menos el poder”, dijo Sancho.
A pesar que el gobierno nicaragüense canceló el decreto que pretendía reformar el sistema de pensiones, para Sancho esto representa solo el inicio de un conflicto generado por la concentración de poder, ante la mirada indiferente de Ortega que el sábado anterior ni siquiera se había referido a las muertes y el derramamiento de sangre.
“Es hasta el domingo (22 de abril) que sale anunciando que va a derogar el decreto y expresa una condolencia a las familias afectadas. Eso no basta, ya la gente en Nicaragua está cansada, y la gente me ha manifestado que no quieren que continúe este régimen”, aseveró Sancho.
El diplomático agregó que frente a este conflicto, Costa Rica debe mantener una actitud vigilante y una reacción prudente para evitar que Ortega busque una escalada internacional, sin que esto implique un silencio vergonzoso sobre lo que sucede en el vecino país.
Incluso recordó que entre ambos países existe una relación comercial importante que se ve afectada por lo que pasa más allás del San Juan, ya que un 34% de las exportaciones costarricenses van hacia Nicaragua.
Además de la denuncia presentada por la ANPDH, expertos de la ONU condenaron los acciones del régimen de Ortega contra aquellos ciudadanos nicaragüenses qque alzaron la voz en protesta por las reformas a la Seguridad Social.
“Estamos profundamente preocupados por la muerte de, al menos, tres personas, y porque decenas hayan resultado heridas en Nicaragua durante las protestas contra las reformas a la Seguridad Social anunciadas por el Gobierno qque están teniendo lugar esta semana”, adujo Liz Throssell, la portavoz de la Oficina.
Sin respeto al luto
Cruz, quien es una de las afectadas por los daños colaterales que dejó el conflicto, denunció que recibió amenazas de policías para que deje de señalarlos como autores del crimen de su hijo.
“Tiraron a matarle, le dispararon al pecho. Que deje de decir Rosario Murillo, esa puta de decir que mi hijo Michael era un delincuente, él era un joven trabajador, padre de familia”, sentenció Cruz.
Por José Quirós Gallegos, PulsoCR.com
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