Mediante un oficio, el presidente Carlos Alvarado propuso a líderes de las Naciones Unidas, BM y FMI que implementen medidas “excepcionales e históricas” para proteger a los más vulnerables ante el COVID-19.
por: Aarón Chinchilla / 27 marzo, 2020
El presidente Carlos Alvarado propuso a distintos organismos financieros internacionales que consideren la suspensión de pagos de deuda y que la asistencia financiera otorgada en el contexto de la emergencia por el COVID-19, tenga “términos excepcionales” en cuanto a interés, período de gracia y tiempo de pago.
Mediante un oficio dirigido a los jerarcas de la ONU, Banco Mundial (BM), Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) y el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), el mandatario solicitó la readecuación o suspensión de deuda para los países que se vean afectados por la pandemia global. .
Otra instancia a considerar serían los eventuales arreglos de pago y moratorias al pago de intereses.
Adicionalmente, se hizo instancia para una flexibilidad en la valoración de la situación fiscal de los países para contemplar un incremento del déficit, “siempre y cuando sea el resultado de esfuerzos para evitar la desaparición del parque industrial y el empobrecimiento resultante del desempleo, vinculados al deterioro económico causado por la estrategia para combatir la pandemia.
Según Alvarado, dichas medidas serían “excepcionales e históricas” para protejan a los más vulnerables, ante los daños que causará el COVID-19.
“(Esto) sería una respuesta multilateral y solidaria histórica, quizás la más importante desde la postguerra (…) La pandemia del COVID-19 nos pone, como comunidad internacional, ante un reto sanitario y económico sin precedentes. Por ello elevo con todo respeto esta petición. Agradezco sus esfuerzos extraordinarios hoy demandados por los más pobres y vulnerables”.
En la misma misiva, el mandatario manifestó que el distanciamiento social y las cuarentenas aplicadas tendrán graves consecuencias económicas por el cierre de comercios e industrias, además que los países en desarrollo y sin espacio fiscal suficiente “se ven limitados en su capacidad de respuesta, y eso los expone significativamente”.
“Por ello, es urgente facilitar condiciones de financiamiento y flexibilizaciones”, precisó.