Con metodología ambulatoria Gonzalo Ramírez, presidente del Congreso, y el resto del directorio nombraron a una administradora como jefe del departamento de Servicios Médicos de la Asamblea Legislativa el 26 de abril. Los legisladores le pusieron como asistente a un colega, ignorando todos los reglamentos y manuales.
por: Esteban Mora / Esteban Mata / 30 abril, 2018
La Asamblea Legislativa de Costa Rica padece muchos males que van desde diputados que se ausentan de las sesiones del Plenario, congresistas que se incapacitan y desaparecen mientras se les cuestiona o la demanda en el Tribunal Contencioso y Civil de Hacienda por el misterioso nombramiento de una administradora como jefe del departamento de Servicios Médicos.
En efecto, el 26 de abril anterior el Directorio Legislativo dictaminó nombrar a Marisol Campos Arias como médico en jefe del Congreso, siendo el título profesional de la mujer: Administradora con especialidad en Recursos Humanos, según el colegio respectivo.
Pero la epicrisis no termina ahí: Juan José Chotto Monestel -y también graduado en Ciencias Económicas- recibió el puesto de subjefe de Servicios Médicos, se lee en una denuncia presentada el 27 de abril contra la Asamblea Legislativa por incumplir el debido proceso, y de la cual PulsoCR.com tiene copia.
“Se trata de un nombramiento interino que hizo el Directorio Legislativo considerando que este funcionario (Chotto) cumplía plenamente los requisitos para ocupar este puesto. En este momento de las personas que laboran allí ninguna cumple requisitos, y se requiere atender la labor administrativa de dicho departamento la labor sustantiva está resuelta y abarcada por los profesionales médicos, los sicólogos, terapeutas etc.”, dijo el presidente legislativo Gonzalo Ramírez en el caso del nombramiento de Chotto.
Para el nombramiento de Campos, Ramírez argumentó que la funcionaria era subdirectora del área de servicios médicos y al pensionarse el jefe, ella asumió el espacio.
La defensas del médico que denunció se reforzaron a tal punto de argumentar la salvación de la plaza en cinco premisas: elegir al jefe del departamento contra lo que dicta la ley, violación del debido proceso, falta de sustento técnico, ausencia de argumentos válidos y carencia de requisitos.
El concurso de la jefatura médica de la Asamblea Legislativa se abrió luego que Mario Martínez -mismo galeno que confirmó la incapacidad de Abelino Esquivel- se acogió a la pensión, esta semana, aunque la misma estaba prevista para la segunda de mayo.
Gonzalo Ramírez y compañía omitieron hacer el nombramiento con base en el Manual Descriptivo de Clases de la Asamblea Legislativa, que en la página 85 estipula todos los quehaceres del médico jefe de la institución y adujeron que al haber médicos y no cirujanos, lo más conveniente era nombrar a los administradores.
Eso significa que ahora una administradora especializada en recursos humanos deberá “realizar exámenes médicos al personal que ingresa a la institución, al que se pensiona y controlar sus enfermedades. Brindar consulta médica al personal de la Asamblea Legislativa, a diputados y a familiares, mediante los enfoques preventivo y curativo”, como dicta el quinto punto del manual.
A los dictámenes de Campos los secundará la opinión y el conocimiento de Chotto, aunque parezca un chiste mal contado.
Por ahora, la causa se tramita en el Poder Judicial, mientras que las acciones coherentes en Cuesta Moras parecieran caer en un coma irracional, producto de las maromas del presidente del Congreso, por salvarle una plaza a su gente de confianza, a los cercanos, a los suyos. (Leer nota principal)