El sindicalista recalcó que «la salida abrupta y por la puerta de atrás de la ahora exministra de Hacienda, Rocío Aguilar, dejó a la cúpula de UCCAEP “desorientada”».
por: Aarón Chinchilla / 6 noviembre, 2019
El secretario de la ANEP, Albino Vargas, afirmó que la salida de Rocío Aguilar del Ministerio de Hacienda desorientó a los empresarios de la Uccaep, al punto de provocar una crisis interna que terminó con la renuncia del presidente, Gonzalo Delgado, la mañana de este miércoles.
El sindicalista recalcó que «la salida abrupta y por la puerta de atrás de la ahora exministra de Hacienda, Rocío Aguilar, dejó a la cúpula de Uccaep “desorientada”».
Delgado hipotecó «su independencia gremial al punto de no creérsele cuando cuestionaba acciones del Gobierno», dijo Vargas.
Asimismo, achacó a Delgado un fanatismo a la línea política de Aguilar que, al ya no estar en el Gobierno, lo hizo quedar sin el apoyo político para continuar en su gestión.
«El fanatismo con que Gonzalo Delgado llevó a la Uccaep a apoyar a ciegas el plan fiscal neoliberal del gobierno de (Carlos) Alvarado, así como el apoyo en general a éste, crispó y fracturó a la cúpula empresarial que se sintió totalmente arrastrada al lodazal del descrédito y del desprestigio de la pérdida de credibilidad presidencial», afirmó Vargas.
En las últimas semanas, tanto la Cámara de Comercio como la Cámara de Industrias se habían separado de la agrupación, y esta semana surgieron las fuertes amenazas de la AmCham y de la Cámara de la Construcción.
Esta presión se volvió inmanejable para Delgado, quien había mantenido un equilibrio en el sector empresarial al lograr el avance del plan fiscal sin que los grupos de negocios en el país salieran fuertemente afectados.
Ahora, el gremio empresarial deberá reconformar su política interna, de cara a problemas que se mantienen más allá del plan fiscal: como su relación con el Gobierno a la luz de una situación económica complicada para el país.
En esta coyuntura, tanto el gremio empresarial como el sindical, juegan papeles importantes para los balances y equilibrios en la toma de decisiones, al tiempo que los organismos internacionales, como el FMI presionan al país para que logre un equilibrio económico que todavía no se ve cercano.